ENCUENTRO CON EL MUNDO REAL

Cierto...el tiempo ha pasado inexorablemente y después de 3 años piso el aeropuerto de Madrid. Ninguna sensación extraña. Parece como si no hubiera pasado el tiempo. Todo está en su sitio : los carros, los mostradores de facturación, el control de equipajes, los bocatas de jamón con pan-chicle a 7€, los largos pasillos para el embarque, etc... El tiempo parece como se hubiese detenido, y así parece que serán en las próximas horas. ¿Quién sabe ?. Madrid-Doha, 7 horas. La velocidad del avión y volando hacia el este nos hace encontranos con la noche muy pronto. Momento para cerrar los ojos y pensar en el descanso. Eso es una utopía, pero el tiempo vuela. Nunca mejor dicho.

El aeropuerto de Doha siempre está vivo. No importa la hora del día, la noche o la madrugada que siempre se sentirá un agitado movimiento con seres humanos de todas las razas, religiones, sexos, vestimentas...etc.

Han quitado el control de seguridad de equipaje en tránsito, por lo que directamente desembarcamos en terminal. Busco puerta de embarque a Kathmandu. Un largo camino hasta llegar a la misma. Entrego la tarjeta de embarque, y pega un pitido...¿qué pasa ? ... Es apartada y rota por la mitad. ¿ Es usd. Mr Pedro Sánchez Guerra ?... Si. ¿ Que sucede ?. La empleada de Qatar me informa que hay overbooking en el vuelo...What!!! y que me pasan a clase bussines......¿Cómo?. Así es. Desde Doha a Ktm viajo en primera clase que me va a permitir comer a la carta, recibir todas las atenciones posibles y dormir a pierna suelta. Así entiendo por qué cuesta tanto. Pero la realidad llega cuando llegamos a Kathmandu y  atravesamos las puertas del aeropuerto, prácticamente a pie de pista.

Control del certificado Covid, control de pasaportes etc, etc , es decir colas interinables. Y,... para terminar la recogida de equipajes. Cómo mi equipaje no viajaba en primera clase, me ha tocado esperar y ver pasar por la cinta de equipajes: maletas, mochilas, mochilones, televisiones..etc, nada más y nada menos que 3 horas...Mañana enterita en un caótico aeropuerto. Finalmente piso tierra fuera del aeropuerto y más caos. Han construido salas de espera muy modernas pero hay que pagar : 100 rupias. Unos 70cts de €. Flipante. Me esperan Rup y Purna y a partir de ese momento la realidad del país me invade. Todo sigue igual : Tráfico espantoso, contaminación brutal, los baches continuan expandiéndose y la lluvia del monzón colaboran a que me entere que estoy en Nepal, donde el tiempo se ha detenido.