Volver a Nepal y sentirlo es siempre una experiencia de vida. Nunca me olvidaré de todo lo vivido en este porrón de años que he pasado ocasionalmente en el reino del Himalaya y para eso se quedará esta bitácora que me lo recordará cuando haya perdido la memoria.
El viaje desde Madrid ha sido el más pesado de toda mi historia de escapadas aéreas. Pasar 8 horas en el aeropuerto de Doha no ha sido fácil, pero por fortuna ya pasó.
El hambre me comía. Sabiendo como roban en los aeropuertos quise ser precavido. No entiendo el valor de los riales qatarís pero había que ingerir algo. Todo en Doha es impecable y majestuoso. Ningún qatarí trabaja en este pais. Filipinos, vietnamitas, indios, pakistaníes, indonesios, nepalíes etc, etc son sus sirvientes y esclavos. Eso sí, lo que pagamos por tomar cualquier cosa esta a la altura de la Quinta Avenida en NY, los Campos Elíseos en París o la plaza de San Marcos en Venecia.
Un café con leche, un croissant de jamón y queso y un sprite, pagué la friolera de 20€uracos. Para echarse a llorar. Nunca mais!!!
Viaje largo y con madrugón en Madrid para estar a las 5.30 en Barajas, pero pisar suelo nepalí me reconfortó con el mundo y me olvidé de lo pasado.
Fresquito en el avión. Cielo nublado en el aterrizaje. Rapidez en los trámites aduaneros y búsqueda de equipaje. Me ha sorprendido gratamente.
Me esperaba Rup. El amigo taxista que me ha acompañado en estos últimos 30 años. Ha cogido unos kilos por haber dejado de fumar pero no está bien de salud. Es asmático por culpa de la tremenda polución de esta ciudad. Ha vendido los dos taxis que tenía. Con el que vino a recogerme se lo ha pedido a su nuevo dueño para venir a por mí. ¿ De qué vive ? Su hija y su hijo están trabajando en Australia y Japón respectivamente. Y le mandan dinero mensualmente. Rup me dice : "Me están devolviendo todo lo que yo les he dado durante toda mi vida para que progresaran". Experiencias de vida.
Antes de llegar a casa me he pasado por el colegio en Maiti Nepal. Ha sido muy emocionante, muy emotivo el volver a reencontrarme con todas las niñas. Desde las más peques a las mayores. Me ha dicho que estaban muy contentas de volver a verme. Me han visto en mi cara que yo también lo estaba.
Sí... el corazón no me cabía en el pecho. Hemos charlado, me han ofrecido un reconfortable
té y hemos quedado en volver a vernos y planificar lo que vayamos a hacer en estos próximos meses. Muy bonito todo!!!
Hoy 23 de septiembre después de dormir como un lirón me he marchado hasta Gokarna, para encontrarme con las niñas y mujeres de la foto del post. No tengo palabras para expresar las emociones que he sentido. Inenarrable. En unos días cuando termine con todos los reencuentros me iré a vivir con ellas. Me las llevaré al cine, de paseo por el monte, a celebrar mi cumple o lo que sea.
Pistoletazo de salida.
Aquí no se habla de Rubiales.
Llueve en Kathmandú. Biennnnnnn!!!!
