Y a medida que pasa el tiempo, cada vez me hacen menos ilusión, pero celebrándolo aquì, todo es muy diferente. Los regalos
son siempre de poco valor monetario, pero de un gran valor humano. Siempre recordaré como una niña me regaló una chocolatina. Para ella una fortuna.
He celebrado el cumple en dos lugares completamente diferentes. Primero con las niñas en Kathmandú. Me cantaron su cumpleaños feliz nepalí que me encanta!!!
Es como un cántico religioso...Muy... muy bonito.
Es muy emocionante el que todas la peques y mayores estèn pendientes de tí.
Terminamos el acto y todo volvió a la rutina. Sus tareas de ordenar su habitación, o limpiar o prepara la comida, que no es nada fácil cuando son más de 200 comensales.
Las perolas donde calientan la leche parecen bañeras....
Antes de volver a Gokarna, mi amigo Rup el taxista me lleva a un super donde poder comprar tartas ya hechas.No encargadas.
Las encontramos. Cuatro tartas a repartir entre 40 personas. Tambien compro 6 botellas de 2.30 lts de Mirinda y Sprite y un kilo de cacahuetes.
Les hago entrega de todo ello, con unos caramelos y unos globos...
Cual es mi sorpresa, que me hacen dirigirme a la cocina : Habían colgado todos los globos del techo, la mesa central muy adornadita con las tartas y una flores.
Me sientan en una silla y comienzan sus rituales. Me imponen un collar de flores, me ponen el tika en la frente, y me cantan el cumpleaños feliz de toda la vida
pero muy...muy repetitivo hasta que les doy las gracias para que paren... todavía estaríamos así.
Parto la tarta. Su tradición es que me han de dar de comer la tarta antes de repartirla. Una por una me dan una cucharadita hasta práticamente mi porción.
Repartimos las porciones, así como un vaso de refresco.
La enfermera, que ha sido la artífice de todo esto, es una persona muy activa y divertida.
En un determinado momento con la nata de la tarta se dedica a pringar a alguna de las chicas. El jolgorio es monumental.
Nos lo hemos pasado estupéndamente...Así da gusto ver pasar los años.
Es como un cántico religioso...Muy... muy bonito.
Es muy emocionante el que todas la peques y mayores estèn pendientes de tí.
Terminamos el acto y todo volvió a la rutina. Sus tareas de ordenar su habitación, o limpiar o prepara la comida, que no es nada fácil cuando son más de 200 comensales.
Las perolas donde calientan la leche parecen bañeras....
Antes de volver a Gokarna, mi amigo Rup el taxista me lleva a un super donde poder comprar tartas ya hechas.No encargadas.
Las encontramos. Cuatro tartas a repartir entre 40 personas. Tambien compro 6 botellas de 2.30 lts de Mirinda y Sprite y un kilo de cacahuetes.
Les hago entrega de todo ello, con unos caramelos y unos globos...
Cual es mi sorpresa, que me hacen dirigirme a la cocina : Habían colgado todos los globos del techo, la mesa central muy adornadita con las tartas y una flores.
Me sientan en una silla y comienzan sus rituales. Me imponen un collar de flores, me ponen el tika en la frente, y me cantan el cumpleaños feliz de toda la vida
pero muy...muy repetitivo hasta que les doy las gracias para que paren... todavía estaríamos así.
Parto la tarta. Su tradición es que me han de dar de comer la tarta antes de repartirla. Una por una me dan una cucharadita hasta práticamente mi porción.
Repartimos las porciones, así como un vaso de refresco.
La enfermera, que ha sido la artífice de todo esto, es una persona muy activa y divertida.
En un determinado momento con la nata de la tarta se dedica a pringar a alguna de las chicas. El jolgorio es monumental.
Nos lo hemos pasado estupéndamente...Así da gusto ver pasar los años.
Cenamos exactamente lo mismo que habíamos comido por la mañana... Y mañana lo mismo. Esta semana es la de la coliflor... con arroz, lentejas y patatas.
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