lunes, 10 de noviembre de 2014

EL SILENCIO SIN LOS PEQUES

Como comenté en uno de los primeros posts en días anteriores, los niños de Gokarna ya no habitan mas en la que fuera su casa desde hace diez años. Las circunstancias económicas han sido la causa principal de este nuevo estado.
Los he visto en Kathmandu. Se sienten apenados por este cambio. Echan mucho de menos y mucho... el hogar que les acogió durante tanto tiempo.
Tenían un territorio controlado y tengo la seguridad que se sentían más libres.
He pasado la primera noche sin ellos en el hospice.
La alegría y el alboroto que los niños siempre propician se ha transformado en silencio.
Esta mañana en una de la habitaciones que antes ocupaban. He tenido la misma sensación que siente un maestro al final de curso cuando entra en el aula vacía donde antes todo eran voces y bullicio.
Las chicas mayores, madres incluidas  que compartían espacio con ellos les echan de menos, aunque en algún momento les sacaran de quicio con sus tropelías y gritos.
Durante la cena tuve esa misma sensación. Mesas vacías y ausencia de voces y miradas infantiles.
Les sigo viendo en Ktm pero solo en el momento del recreo.
Cuando me ven corren para encontrarse conmigo. Dicen que me echan de menos. Yo también.
La hora que paso con ellos es intensa.
Me cogen de las manos. Quieren estar cerca de mi.
Si de mi mano estuviera haría lo posible por que retornaran a su antiguo hogar. No va a poder ser.
Están contando las horas hasta que nos vayamos al parque de atracciones.... y yo.!!!

1 comentario:

Hamster pesimista dijo...

Hola Sánchez. Hay muchas manos que no se tocan y muchos gritos que no se oyen si no se palpa o escucha con el corazón.
Un abrazo.

EN EL CINE

 Dos día más tarde tuvimos una salida con chicas mayores, hasta 45. Nos fuimos al cine, después de una lacrimógena peli terminamos en un res...