El lunes día 29 cuando abrí la ventana en el Hospice sentí la humedad de la niebla que venía de la montaña. Me llevé una grata sorpresa. Era el día que me tenía que despedir de todas las niñas y mujeres que allí conviven y donde he pasado casi dos meses con ellas.
Determiné que me iría a las 8... no quería prolongar la tortura, pero se alargó unos 20 minutos y llegó el momento del adiós. Como siempre fue un momento muy difícil para ellas y para mí. Lágrimas en todos los ojos. Mucha tristeza a esas horas de la mañana. Al menos el sol se dejó ver poco a poco hasta que a media mañana ya calentaba como viene siendo habitual.
Decidí caminar y caminar hasta casa. Más de dos horas de camino ininterrumpido. En una farmacia me detuve para comprar unas pastillas para el dolor de garganta. El frio y la humedad me han atacado y veremos como terminamos. Siempre cuando me quedan pocos días para volver a casa me bajan las defensas y pillo algo.
A seguir esperando hasta el próximo año.
1 comentario:
Ten buen viaje, te esperamos!
Besos
Namasté 🙏
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