lunes, 30 de octubre de 2017

SATTIGATA ADIOS!!!!

Hacía tiempo que no sentía los truenos ni veía los rayos en una tormenta nocturna.
El sonido de la lluvia y el petricor (buscad esta palabra en el diccionario ) me hicieron descansar plácidamente una vez que cesaron.
La mañana amaneció clara y un cielo azul resplandeciente y unas nubes de algodón me acompañaron en un nuevo viaje, con mi bici,  a Sattigata, pera despedirme de sus gentes hasta otro año.
Empecé con Anjelica que se me ofreció un té y me contó parte de su vida, sobre tolo la experiencia vivida con su abuela, a la que acompañó en sus últimos momentos. Ya mayor empezó a tener diferentes enfermedades por culpa de la diabetes, no muy bien controlada: Estoámgo, hígado, ojos...
Una mañana calurosa la abuela perdió el conocimiento. Estaba sola con ella ( 16 años ). Se las apañó para que viniera una ambulancia, y tras un largo periplo terminó en un hospital en Kathmandu.
Anjelica estaba en una sala de espera ella sola. Una enfermera le avisó que su abuela quería hablar con ella. A partir de este momento y con los ojos llorosos me cuenta que su abuela quería un vaso de agua. Mientras se lo prepara le dice que cuide en lo que pueda de su madre y de ella misma.
La abuela se bebe el agua a sorbitos, y en el último trago fallece.
Anjelica la echa mucho de menos, pero está feliz de haber pasado los últimos suspiros con ella.
En la casa, ya aislada de por sí, solo quedan ella y su madre.
Se seca las lágrimas y me cuenta que la vida para ellas es muy complicada y difícil.
No hay mucha cobertura con los teléfonos y a veces pasan miedo. 
Me cuenta que no hace más de un mes, un elefante apareció por el lugar, arrasó los campos de arroz y comió lo que pudo. Aterradas intentaron llamar a la policia pero el teléfono no funcionaba. El susodicho animalito se sació y se marchó.
Al día siguiente volvió con más hambre. Se acercó más a la casa. Si decidiera investirla se la llevaría por medio. Son de madera, bambú y paja.... 
Volvieron a intentar llamar a la policía. Cobertura nula. Madre e hija echaron a correr despavoridas por el campo, hasta que llegaron al punto más alto del terreno para intentar conectarse con la policía. Lo consiguieron, pero el elefante cono animal inteligente se lo debió oler y desapareció....
Todos los habitantes de esta zona viven en unas condiciones muy duras. La vida se les hace cuenta arriva cada día que se depiertan..
Me despido de ella con la promesa de volver a encontrarnos el año próximo. 
Con el resto de la gente de la zona  paso momentos emotivos y agradables y me despido con pena ya que el tiempo ha pasado para mí y debo volver a Kathmandú.
Pero, no pienso volver en microbús...ya he comprado un billete de avión... No es que sea tremendamente caro, pero no quiero volver a sufrir durante horas un viaje interminable.


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