Amaneció con fuerza.
El sol se impuso al frescor de la mañana y con sus primeros rayos me dirigí Gousala a recoger a los chicos y chicas que ya me esperaban ansiosos, para pasar el día en el Parque de Atracciones.
Al ser sábado el tráfico era más fluido y pudimos llegar al parque a primeras horas de su apertura.
En un autobús no muy grande, nos acoplamos 52 personas.
Modo nepalí de viajar. Siempre lo más apiñados posible.
Pidieron a conductor que subiera la música, y la plataforma del bus se convirtió en una discoteca movil. Los saltos que pegaban se confudian con los que daba el propio bus con los miles de baches de la ciudad.
El presagio se cumplió.
No todos lo pasaron bien.
El grupo niñas de Gokarna, que práticamente todas, tienen alguna deficiencia mental, no se montaron en ningún sitio.
Sentían miedo.
Ni caballitos, ni noria....
Parece ser que las personas con deficiencia mental, tienen el concepto del peligro más cercano, por lo que no se atreven a la aventura.
Hemos decidio que no volveremos con ellas al parque. Era lastimoso verlas hechas un ovillo en un rincón... Sin hacer nada.
Se hubiesen quedado ahí etermamente... como estatuas humanas, que solo parpadean.
El cine será lo mejor... Ahí no arriesgan nada.
La comida la hicimos en un restaurante fuera del parque. Simplemente fue una invasión.
Más de 500 momos tuvieron que hacer... La nevera se la dejamos vacía de refrescos..
Tod@s los pasamos estupéndamente. Se han quedado con las ganas e volver lo antes posible.
Me temo que tendrán que esperar un año.
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