Despues de tantos años pasando temporadas de unos 15 das en Sattigata, la relacion con sus habitantes se ha ido intensificando y ampliando con el paso del tiempo.
Los pequeñajos que salian a recibirme, a mitad del camino para que les hiciera fotos, hoy son adolescentes.
Ya van al instituto y ademas tienen que trabajar en las labores del campo una vez terminada la escuela.
Son sus padres los que me invitan a comer
Lo hacen de corazon pero no me gusta el decorado de la situacion.
Me plantan en el mejor lugar de la casa y comienzan a cebarme, literalmente, Platos y platos. Pero yo solo en la mesa. Me contemplan comiendo y cuando les digo que esta muy rico se hinchan de orgullo y me traen mas.
En mas de una ocasion, si tienen tele, la encienden pensando que me gusta. Me he tragago algun partido de criquet entre cucharada y cucharada de arroz.
He declinaqdo muchas invitaciones, aduciendo falta de tiempo. En cierta forma es asi. En caso contrario tendria que crearme una agenda con horarios de visitas y comidas.
Por cierto la hora a la que me invitan a comer un buen plato de arroz no es nunca mas tarde de las 10 de la mañana.
Diario atemporal de experiencias vividas en Nepal. Vaya mi homenaje a todas las ausentes y que la lectura de estas historias por parte de vosotros/as les hagan sentirse vivas y queridas donde quiera que estén.
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