lunes, 26 de noviembre de 2012

VIOLENCIA DE GENERO

El otro día Radha me contó algo, que me puso los pelos de punta cuando me lo relataba.
Una de las mujeres que fue víctima de un accidente casero con el fuego y de las que ella se está ocupando, viajaba hace unos día en un autobús nocturno. 
Sentada en uno de los asientos del pasillo empezó a ser manoseada por un sujeto, que a modo de ayudante del conductor se encarga de que en las paradas la gente se aligere, el que con sus indicaciones el bus se detiene o continua la marcha...
El elemento estaba completamente borracho. 
La mujer que la llamaremos Moonisha, se enfrentó al indecente sujeto y éste la propinó sendos puñetazos : uno en la nariz y el otro en la mandíbula. Una mandíbula a modo de prótesis, que la fue puesta tras sufrir el accidente antes informado. Se la rompió, así como algunas muelas.
Moonisha llamó por teléfono a Radha para que fuera a buscarla a la estación de autobuses, sin contarle lo que habia ocurrido.
Ya en la estación se llevaron al susodicho sujeto, todavía borracho a la comisaría más cercana-
Lo más indignante es que la policía no admitía la denuncia.
El borracho indecente decía que no tenía ni una maldita rupia para indemnizar a la mujer:
Podéis matarme, podéis pegarme, podéis mandarme a la cárcel, pero no pienso pagar nada, porque no tengo nada. Esas fueros sus respuestas.
La policía se negaba a admitir la denuncia. Para ellos esto no tiene ninguna importancia.
Radha pidió un castigo inmediato y la eficientísima policía abofeteó insistentemente al susodicho. Terminó arrodillándose frente a Moonisha pidiéndola perdón.
Así se terminó el caso.
Moonisha estaba recuperándose en una clínica dental cuando yo viajaba de vuelta a Madrid, seguro que sintiendo impotencia, indignación y tristeza, pero al menos no se ha sentido sola.
Ayer se celebró el día Mundial sobre la Violencia de Genero, algo de lo que Moonisha ni se ha enterado. 

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