jueves, 28 de octubre de 2010

OTROS MUNDOS

El tercer mundo, es la mejor escuela para buscarse la vida. Con inversionas minimas las viejas profeciones se mantienen a pie de calle, y nunca mejor dicho : zapatareos, paragueros, relojeros, sastres, ... Basta el cielo infinito como techo y un trozo de tierra para sentarse y extender un plastico, donde depositar los utiles de trabajo o los productos para ser vendidos: frutas, especias, tabaco, ...
La paciencia es el elemento mas necesario, y esta,  puedo asegurar que la tienen. La desesperacion no entra en sus pensamientos.
Las calles de los pueblos y ciudades estan repletos de tiendas. No he visto hasta el momento ninguna casa que no tenga un negocio en sus bajos. Todas repetidas. Todas con los mismos productos. Los mostradores estan en la calle. No hay que atravesar ninguna puerta.
Para mi, sigue siendo un misterio como pueden vivir estos comerciantes. Se pasan el dia ontemplando como pasa la gente "como se pasa la vida tan callando". Algunos estan tan aburridos que se echan unas alimenticias siestas, hasta que alguien se detiene para comprar una pastilla de jabon, o un sobre de sopa instantanea, o 10 gramos de garbanzos fritos. Y despues.... a seguir durmiendo.
En una de estas tiendecitas, decido alegrar el dia auna guapa mujer de mediana edad. Le pido que me prepare 25 botes de champu. Me pide que le repita la cantidad. No se lo puede creer. Esa cantidad es la que habra vendido en los ultimos 2 anos. Creo que me he echado una amiga para siempre. Le informo que son para mi ( no tengo la gorra puesta ) y rompe en una sonora carcajada.
Hasta que no pago no se lo cree.
Lo mas divertido viene unos minutos despues.
Uno de los amigos que tengo en Kkarvita, me ve transportando la caja de los champus y como son muy curiosos, quiere saber lo que va dentro de la caja. 
- Llevo champu, le respondo.
Y me dice : - Presentame a quien te haya vendido eso. Debe ser una extraorinaria vendedora para haberte colocado a ti un caja de champus..
Rompemos en una larga y sonora carcajada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ja, ja, ¡echo d menos el peine y la brillantina!

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