miércoles, 25 de noviembre de 2009

ÚLTIMO ADIÓS

Como viene siendo habitual, en estos últimos días, Kathmandu amanece nublado. Parece como si el invierno se hubiese adelantado. Los madrugadores caminan “arrecios” de frío en sus chancletas playeras. Las mujeres vendedoras de té hacen el agosto, vendiendo ardientes y humeantes tés, para entrar en calor.
Hoy día 17 quería que hubiera salido el sol pero ha decidido ocultarse una vez más.
Rup me esperaba a la hora convenida, las 8,30 hrs de la mañana, para acercarme a Gokharna a despedirme de toda mi gente.
El tráfico comienza a crecer, aunque debido a las restricciones de gasolina, el número de vehículos se ha reducido considerablemente.
Ya estoy en una fase en la que todo va a ser lo último que haga en las próximas 24 horas : La última vez que vea Boudhanath, la última vez que escuche pitidos y también el último adiós.
Le pido a Rup que me deje junto al Templo de Gokharna, quiero llegar caminando. Son las 9,15 de la mañana cuando llego. Ya han terminado con la comida. En la cocina están con la limpieza, y algunos niños y niñas ya tienen puesto el uniforme del colegio.
He llegado ligero de equipaje, solo vengo con una bolsa de plástico con todas las copias de las fotos reveladas. Devi , la enfermera se encarga de hacer los diferentes montones, para después entregárselos a ellos y ellas. Es un momento excitante. Les apasionan las fotografías, pero no se las entregarán hasta la vuelta del colegio. Yo ya no estaré.
El tiempo corre. Se acercan las 10 de la mañana, que es cuando les dije que me despedía. Cuando faltan 5 minutos, veo que bajan con una enorme bandeja y un montón de “algo” cubierto por un papel de periódico.
Salimos a la calle, En las escaleras de entrada al edificio, lugar de reunión al atardecer para tomar los últimos rayos de sol, están casi todas. Los pequeños y las mayores. destapan la bandeja. Se han entretenido en hacerme hasta siete collares de flores para colgármelos del cuello. Debo decir que a partir de ese momento no fui capaz de articular palabra, ni tampoco de mirar a los ojos de nadie. Tengo un recuerdo de mirada perdida, de mirar pero no ver. Los pequeñines, las mayores me fueron poniendo los collares, y por primera vez, después de cada collar, aplaudían.... , me ponían arroz rojizo en la frente. Fue muy emocionante e inolvidable. Me cogí la bici, y el último adiós se lo dí desde la puerta de salida. 50 manos agitándose para decir adiós, imponen!!!, y esa es la última imagen que me quedó de Gokharna. Una imagen distorsionada por las lágrimas.

3 comentarios:

niebla dijo...

Hermosa imagen, sin duda.

Archibald H. dijo...

Último... adiós... fin... ¡Así empieza tu último post, P! Todo el respeto para tu período de adaptación y descanso pero también te invito a pensar: ya quedan menos de 335 días. Para ellas, para tí, para los que, entendiendo tu actual estado de ánimo, decimos con energía: Buen trabajo!... un nuevo reto!... y ¡Qué suerte soñar con -lo sabes- unas sonrisas que te esperan y que son el estimulante principio de una nueva etapa de tu vida, de la que algunos nos alimentamos. Salud y Ánimo!

PEDRO dijo...

Gracias!!! El tiempo ha de pasar. Como no hay forma de pararlo o hacerlo correr, hay que esperar pacientemente a que llegue el momento de la escapada. Poco a poco se acerca el momento en que no tenga que esperar tanto tiempo....

EN EL CINE

 Dos día más tarde tuvimos una salida con chicas mayores, hasta 45. Nos fuimos al cine, después de una lacrimógena peli terminamos en un res...