El tiempo sigue su paso inexorable y ya quedan pocas horas para ser engullido por un gigantesco pájaro metálico. Pasadas muchas horas todos sus pasajeros seremos expulsados en las pistas del aeropuerto de Kathmandú.
Una vez más ve veré inmerso en nuevas experiencias inigualables e irrepetibles.
Me encontraré con toda mi gente, que aún siguen aprendiendo a sobrevivir.
Continuaré con mi interminable formación personal.
Seguiré recibiendo clases de humildad.
Seguiré recibiendo clases de humildad.
Las mariposas se han vuelto a despertar y han empezado a revolotear por los recovecos de mi estómago.
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