Las niñas todas han crecido y se manifiestan como mujercitas. Las más pequeñas ya han empezado el colegio y se comportan de otro modo al de años anteriores. Más responsables diría yo.
La noche del 25 de septiembre nos encontramos con algunos de los ya adultos, que una vez fueron niños, con lo que jugué, enseñé a montar en bici, los tuve en brazos y ahora son jóvenes hechos y derechos. No estuvieron todos ni todas. Están desperdigados por Nepal o por Kathmandú o las obligaciones laborales les impiden asistir a cualquier evento.Creo que nunca los volveré a encontrar a todos y todas juntos. Cenamos estupéndamente y de postre una tarta de bienvenida. Siempre, siempre es muy agradable coincidir con ellos.En Backtapur me encontré con una noticia triste. El año pasado Uttam me contó que en un control rutinario le diagnosticaron un cáncer de riñón. Se lo tuvieron que estirpar. Solo tiene un en funcionamiento, pero el destino ha querido que todo se complique. El cáncer se ha expandido a los pulmones y al hígado. Su hija y sus sobrinas han vuelto a Nepal con la excusa de pasar las próximas festividades en familia. La realidad es la que es. El cáncer se está extendiendo rápidamente y no paraece que haya una pronta solución. Si la hubiera sería un milagro. Uttam es el hermano de Vidya, mi gran amiga y consejera que falleció el 2020.
La vida ha de continuar. Viva la vida.
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