jueves, 2 de mayo de 2013

DEMOLICIÓN


Con Vidya, y Kalpana
Desde el primer momento que pisé Kathmandú, allá por Octubre del 91, me alojaba en un pequeño hotelito: Kathmandú Tourist Bunglow en un barrio cercano a Thamel, Golkhopaka y en las cercanías había una pequeña tienda de productos imperecederos, regentada por una familia nepalí, que les servía para sobrevivir y pagar la educación de sus hijos.
Todos los días cuando me retiraba al hotel, me paraba en su tienda, para tomarme una cerveza, comprar chocolatinas, o papel higiénico, o agua mineral...
Fuimos tramando amistad. Cada año me invitaban al menos una vez, a cenar con ellos.
La situación en el país se iba complicando cada vez más. La guerra hizo que el turismo cayera a proporciones mínimas. El Kathmandú Tourist Bunglow tuvo que cerrar. Recuerdo que yo fui el último viajero que pasó por ese lugar. Estaba solo en el hotel. Corría octubre de 2002,
Mi habitación
Mi amigo Vidya, mientras me tomaba una San Miguel en la banqueta que había en el exterior de su tienda, me dijo que pensaba ampliar su casa y que una de las habitaciones la podría utilizar cuando volviera al siguiente año. Me contaba que iba a pedir dinero al banco. Se me iluminó la bombilla, y le propuse que una vez en Madrid, le enviaría dinero de forma que no tuviera que pedir dinero a alguien que les iba a sangrar.
Así lo hice. Creo que fueron 2000$. Según me iba informando la casa iba tomando forma y prácticamente estaba terminada en setiembre de 2003.
A mi madre la detectaron un cáncer de estómago y el Alzheimer llamó a su puerta.
Tuve que cancelar mi viaje ese año y el siguiente, había que cuidar de ella.
En octubre del 2005, cuando mi madre ya se había marchado al otro mundo, pude volver a Kathmandú.
Vidya me había preparado una enmoquetada habitación de lujo : una cama, una silla, una mesa y un cuarto de baño con su duchita.
Era mi casa!!!!
Todas caerán


Con el paso del tiempo fui adornándola con mobiliario de bambú, pude poner placas solares para que tanto ellos como yo, pudiéramos tener agua caliente, las paredes de la habitación las llené de fotografías de mi familia y mis amigos y amigas nepaleses. Allí tengo ropa, pasta de dientes, crema de afeitar,... lo necesario para vivir cuando allí me alojo.
Inquilinos pasajeros utilizaron la casa, y sintieron el cariño y la atención de Vidya y su mujer Kalpana. Todos estaban encantados con el buen hacer de esa familia. En algún otro momento tuve que mandarles dinero ya que no tenían liquidez para comprar los productos de venta de su tienda.
Últimamente la habían dejado. Habían decidido alquilarla ya que las ventas habían caído exponencialmente. Del alquiler de una habitación a una familia nepalesa y el de la tienda,  iban tirando.
Pero el gobierno de turno, ha tomado una decisión que está haciendo mucho daño. Algo que ya expliqué en este blog a mediados de noviembre del año pasado. Han decidido urbanizar la ciudad tirando casas por doquier, para ampliar las calles y que puedan circular los coches.
Yo no quería pensar que nos iba a tocar a nosotros. Se me había olvidado, pero ayer día 1 de mayo, recibí un mensaje de Vidya. En 10 días van a proceder a la destrucción de una parte importante de la casa y sin ninguna indemnización. Lo que se llama una patada en el culo.
No me puedo imaginar la situación de desesperación que estarán viviendo en estos momentos.
Yo me quedaré sin esa habitación, pero no me dolerá tanto como a ellos, que van a perder la casa de su vida. Se van a quedar con una casa partida por la mitad.
No solo ellos. Todas las casas que hay en esa calle, caerán. Miles de personas estarán ya derramando lágrimas.
Que mundo más injusto!!!!!

4 comentarios:

niebla dijo...

Es terrible, Pepo. Y más aún conociendo a esa gente tan maja... pero ¿hay alguna posibilidad de hacer algo?. Supongo que contra el derribo no se puede tomar ninguna medida, claro. Si ya es difícil luchar contra nuestro gobierno de insensatos, ni me imagino las carcajadas del gobierno nepalí... pero, si se te ocurre algo, comunícalo.
¡Qué putada!

iguana dijo...

Te digo lo mismo que Pepe, si hay algo que se pueda hacer aquí estamos.

PEDRO dijo...

No hay solución. Van a dejar a miles de personas sin casa, sin trabajo.. Como si hubiese habido un terremoto. Tienen que empezar desde la nada.
Pero ellos van a ser los que más suerte tengan de toda la calle. Les voy a ayudar económicamente para la reconstrucción aunque sea a costa de una parte de los pequeños ahorros de toda mi vida. En este mes de Julio voy a trabajar con un grupo en el Camino de Santiago, y todo lo que me saque se lo mandaré a ellos. Se quedan sin la tienda que tienen alquilada y de donde sacaban algo.... En fin un drama
que resulta difícil ponerse en su piel.. Que mundo más injusto

Lechuza cabreada dijo...

Buenas noches, Pepo.
Es una gran putada, lo siento mucho, de verdad.Guardo muy buenos recuerdos de nuestra visita a la casa, del buen rato que pasamos en tú habitación, y cómo olvidar la excelente cena con la que nos agasajaron tus amigos.
Me temo que poco podemos hacer, excepto lamentarnos contigo.

Un fuerte abrazo.

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