A la hora de la comida (9 am) me como un plato de arroz cocido. Insulso pero al menos es astringente.
Es un día de celebraciones y de mucho comer. Con la bici me acerco a casa de mi "hermana nepali". Ya han llegado todos los familiares. Anju y sus hijas me reciben con alegría. Saludo a todos los que puedo. Seremos mas de 30 personas. El ritual comienza a la hora aconsejada por lo gurus : las 11 de la mañana.Yo entro en el 2 turno. Nos sentamos 4 personas, en una alfrombra. Las mujeres dan vueltas a nuestro alrededor lanzándonos pétalos de flores, uniéndonos con aceite, la cabeza y las manos. En la puerta de entrada, rompen una nuez, que simboliza un monstruo. Una vez muerto el monstruo, el hermano tendrá una larga vida.
Me pintan una linea vertical de color blanco en la frente y con seis colores diferentes en forma de puntitos adornaran esa linea blanca.
Me ponen un collar de flores y finalmente me ofrecen una bandeja con una gran cantidad de alimentos : frutas, dulces, frutos secos, pescado y un regalo personal.
Yo he de corresponder entregándola un sobre con dinero y pétalos de flores.
Este es el ritual del día del hermano que es tan importante en el mundo hindú.
Dada mi situación gástrica no pude comer nada. En otras circunstancias me hubieran concedido el honor de hacer una comida especial : Comer solo!!!. mientras los demás miran. Nunca he podido comer o cenar con todos los miembros de la familia en la misma mesa. Gracias a la situación intestinal he tenido la suerte de no pasar por semejante trago.
Así son las costumbres de los pueblos de la tierra. Nunca se deja de aprender.
Algunas costumbres son innombrables.
Las noches de estas fiestas son entrañables. Es luna nueva. La oscuridad es total, pero en las casas del pueblo cientos de velas son colocadas en los alféizares de las ventanas, en lo alto de las terrazas. Seguro que desde un satélite, Nepal parece una nube de estrellas con velas que ululan.
Los niños lanza petardos y queman vengalas. En pequeños grupos pasan por las casas cantando y bailando a modo de pedir el aguinaldo de nuestras navidades. Es de los pocos días del año que demuestran alegría colectiva.
(El tiempo ha pasado desde esta crónica, y mi cuerpo ya esta en buenas condiciones. Lo malo ha pasado)
2 comentarios:
Hola!me alegro que ya estés bien.No me imaginaba que en tan poco tiampo te habían pasado tantas cosas y habís podido escribir tanto.
Me gusta mucho leer tus historias aunque después de leerlas algunas veces te sientes vacía.
Un beso muy fuerte
Mmmm...Rompería todas las nueces del mundo por ver las velas encendidas en la noche nepalí.
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